Jeanne Damas se reúne con la pintora francesa de origen
libanés Christine Safa en su estudio de las afueras de París. Ganadora del prestigioso premio Jean-François Prat 2025, Christine expuso recientemente sus emotivas pinturas en Nueva York y en el Museo de Orsay durante el Día del Pintor.
INTERVIEW
JD: Tu trabajo habla íntimamente sobre tus viajes, recuerdos... me transmite mucho.
¿Cómo empezaste a pintar?
CS: Creo que siempre he pintado, desde bien pequeña. Cuando no tenía que estudiar, pintaba y dibujaba.
JD: ¿En el Líbano?
CS: Nací en Francia y crecí en los suburbios de París. Iba al Líbano cuatro veces al año, en todas las vacaciones, o casi. He pasado mucho tiempo allí. Como a todos los niños, me daban pinturas para mantenerme entretenida y yo dibujaba todo el tiempo. Más adelante, mis padres no me
presionaron en lo referente a los estudios. Simplemente, me dijeron: haz bachillerato, y luego ya verás lo que te gusta.
JD: ¿Tus padres son artistas?
CS: Mi padre trabaja en seguros y mi madre se formó como educadora especializada. No están en el mundo del arte ni de refilón. En el Líbano puede que tenga una o dos tías a las que les gusta el arte, pero no es algo que realmente me hayan transmitido. Por otro lado, en Líbano hay muchas imágenes religiosas, muchas estatuas de la Virgen e iconos. También hay numerosas ruinas, lo cual me ha influido de alguna manera. Incluso a día de hoy me gusta contemplar los restos de las antiguas civilizaciones de Oriente Medio. Después del bachillerato, quise prepararme para la escuela de arte y pude asistir a Bellas Artes en París durante cinco años.
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Mesa de Christine con algunos de sus libros de consulta, como Fray Angélico y Giotto, además del catálogo de una de sus exposiciones
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Detalle de un cuadro en proceso: Christine y su prometido Nathan
JD: ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Es muy exigente?
CS: Es muy libre, así que si no te exiges tú misma, te supera. Es una escuela donde se aprende todo a la vez. ¡Incluso a conocernos! Yo era muy reservada cuando entré. Era muy joven, apenas tenía 18 o 19 años. Además, soy hija única y me he criado en un entorno muy protegido. Para mí, las Bellas Artes fueron una apertura a un mundo que conocía a medias.
JD: ¿Qué quieres decir?
CS: Que me conocí en profundidad, como persona y como pintora. Al principio tenía un trabajo un poco más politizado. Volví a Bellas Artes con una obra que hablaba mucho del Líbano, de la guerra, de cosas que en realidad no me tocaban, ya que solo había estado allí de vacaciones. Obviamente comprendía una gran parte de tristeza, pero siempre tuve la posibilidad de volver a Francia. En Bellas Artes rápidamente me instaron a contar lo que pasaba en Oriente Medio
JD: ¿Quieres decir que tu trabajo estaba más comprometido y politizado
CS: En realidad, no sé si fue por necesidad... pero durante dos años mi trabajo estuvo centrado en todo eso, la guerra, imágenes bastante crudas. Poco a poco, con mi participación en la escuela, me di cuenta que con mi simple presencia ya hacía política. Por ejemplo, mi encuentro con la pintora israelí Nathanaëlle Herbelin. Mientras vivía en Líbano o en mi círculo mucho más pequeño de París, no podría haberme cruzado con ella. Ella tiene dos o tres años más que yo. Me fascinó su trabajo y su recorrido, que me recordaba un poco al mío.
JD: ¿Estas reuniones han influido en tu trabajo?
CS: Me hice la siguiente pregunta: ¿deberíamos pintar literalmente lo que sucede en esta región del mundo o puedo permitirme pintar otra cosa? Porque no podía ser honesta y pintar las cosas como yo las veía, según mi propia experiencia y no según se esperaba. No soy periodista, así que mi trabajo no es contar las noticias. Crecí en Francia, voy a Líbano porque tengo familia. Allí hay mucho amor, mucho sol, mucha alegría... Todo conviviendo simultáneamente, es como una contradicción. Sé que es un país marcado por una historia severa. O estoy allí y comparto lo que la gente vive en su día a día o estoy aquí y lo vivo indirectamente. Las familias en mi situación aprenden a convivir con ello.
"Me hice la siguiente pregunta: ¿deberíamos pintar literalmente lo que sucede en esta región del mundo o puedo permitirme pintar otra cosa? "
Christine SAFA
JD: ¿Cómo experimentaste esta dualidad mientras crecías?
CS: Como libanesa, simplemente lo acepté. Tuve la
oportunidad de crecer aquí con otra cultura también. Pasé por diversas fases en las que solo me identificaba como
francesa y otras solo como libanesa. Lograr el equilibrio entre las dos es algo bastante reciente.
JD: ¿Fueron tus padres o tus abuelos los que vinieron a
Francia?
CS: Mis padres. Fue en plena Guerra del Golfo. Mi padre trabajaba en Arabia Saudita. Mis padres se casaron y vivieron en Arabia Saudita durante un año, y entonces le ofrecieron un puesto en Francia. No volvieron durante una temporada, ahora viven entre los dos sitios.
JD: ¿Su corazón está en Líbano? ¿Van allí a menudo
CS: Sí, mis padres estaban allí en septiembre y tuvieron que regresar de urgencia debido a la situación. Llevaban cuatro meses en Líbano. Actualmente, los barrios cristianos no son el objetivo, pero por otro lado, escuchan las explosiones. Las ven. Se ha convertido en una triste costumbre. Hoy es más peligroso que en el pasado.
Las armas son mucho más tecnológicas, cada vez más grandes. Desde mi infancia, nunca hemos sabido si volveríamos a Líbano en dos meses, si ya no habría ningún problema. Cuando te vas, no tienes la certeza de cuándo volverás. Creo que parte de mi vínculo con el Líbano es ver a mis padres amar este país y la angustia que sienten al partir.
JD: Debe ser algo que marca.
CS: Mis padres siempre han hablado muy bien de Líbano. Quería rendirle homenaje pintando cosas que forman parte realmente de mis recuerdos de allí. Siempre quise crear
más paisajes de Líbano.
JD: Se aprecia en los colores, y sus tonalidades llenas de calidez.
CS: Pero poco a poco entendí que gran parte de mi vida está aquí también, en Francia. Desde hace un tiempo, creo
que vemos colores algo más neutros o simplemente diferentes a los que usaba antes. ¿Cómo limitarme al naranja, al azul o al rojo?
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Christine Safa en su mesa de trabajo
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Christine entre los cuadros que está trabajando
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Detalles de las pinturas actuales
JD: También son fases ¿verdad?
CS: Con Nathan, mi prometido, que también es pintor, estuvimos cuatro o cinco meses viviendo cerca de aquí, en pleno campo, rodeados de verde. Realmente no pinto por lo que vivo en el momento presente. Normalmente represento hechos pasados.
JD: ¿Pintas mucho de memoria?
CS: Hay muchas imágenes que fotografío, y también me inspiro en los libros.
JD: ¿Es para tener más espacio y libertad?
CS: Tras asistir a la escuela, entendí que si me centro en una imagen demasiado fija, rápidamente me pierdo en detalles que no tienen por qué ser tan interesantes. Me centro tanto en el tema que hablo una y otra vez de él, para ampliar la versión y permitirme más libertad. No me gusta pintar de una sola forma. Puedo hacer un retrato realista y otro mucho más borroso, más refinado, y así estar satisfecha mentalmente y poder decirme a mí misma que no me he
perdido nada.Puedes tener diferentes versiones de un mismo cuadro y cada una de ellas ser muy buena. Puedo mezclar lo figurativo y lo imaginativo. No encasillarme me ayuda a aceptarme. Si una versión es demasiado estricta o literal, puedo reversionarla pero de forma mucho más evocadora. Ambas pueden complacerme, como pintora y como público.
JD: ¿Qué pintores te dicen más?
CS: Me gustan pintores como Frau Angélico y Giotto, monjes del Renacimiento, pero también otros más abstractos como Rothko o artistas americanos más refinados.
JD: ¿Tenías cierto conocimiento de historia del arte o lo aprendiste todo en Bellas Artes?
CS: Venía en blanco, no sabía nada. Recuerdo, como si fuera hoy mismo, un día de mi último año en el que un profesor hablaba de Jeff Koons, a quien no conocía en absoluto.
¡Me sentí fatal!
JD: Pero para entonces ya tendrías unas bases.
CS: Sí, conocía a clásicos como Van Gogh.
"Mis padres siempre han hablado muy bien de Líbano. Quería rendirle homenaje pintando cosas que forman parte realmente de mis recuerdos de allí."
Christine SAFA
JD: Tu prometido, Nathan Bertet, también es pintor.¿Trabajáis juntos?
CS: Él trabaja en un taller a unos minutos en bicicleta de aquí.
JD: ¿Habláis mucho sobre vuestras respectivas prácticas?
CS: Sí, realmente nuestra relación se formó en torno a
las Bellas Artes. Flirteos, debates…
JD: ¡Una cosa llevó a la otra!
CS: Era nuestra historia casi secreta (risas).
JD: Actualmente hay toda una generación de pintores jóvenes. Se ha formado todo un panorama real. ¿Guardáis relación unos con otros?
CS: Más o menos. Somos como un pequeño bosque sobre el que cada uno desarrolla otras ramitas. De hecho somos bastantes, pero el núcleo que está destacando ahora mismo es pequeño. Eso lo hace sumamente bien Nathanaëlle. Intenta dar a conocer a nuestros amigos, que por ahora son algo más desconocidos, porque solos no somos nada, y todo lo que hacemos individualmente se ha forjado en esta escuela de forma totalmente anárquica. Hemos pasado por muchas cosas juntos. No pintaría como pinto hoy si no hubiera conocido a Nathan (Bertet), Nicolas (Gaume) o Nathanaëlle (Herbelin).
JD: ¿Cuándo te graduaste?
CS: Hace seis años; Nathan el año pasado. Nicolas hace tres años, creo. Todos nos hemos ido cruzando y generando debates, preguntas, reencuentros... Ha sido maravilloso tener personas, amigos y artistas con la misma forma de pensar, los mismos gustos, u otros en absoluto. Tenemos sensibilidades similares, veneramos casi a las mismas personas y cada uno tiene sus peculiaridades que no necesariamente gustan al otro, pero por todo eso nos
diferenciamos.
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Pintura de girasoles, trabajo en proceso
"Me centro tanto en el tema que hablo una y otra vez de él, para ampliar la versión y permitirme más libertad. No me gusta pintar de una sola forma. Puedo hacer un retrato realista y otro mucho más borroso, más refinado."
Christine SAFA
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Girasoles secos, regalo de una amiga que suele pintar.
JD: ¿En qué estás trabajando a día de hoy?
CS: Estoy preparando una exposición en la galería Lelong
para el otoño de 2025. Es una exposición personal. Por norma, intento tener al menos un año para preparar la exposición. Necesito tiempo para centrarme en ello. Tengo que trabajar, los cuadros no se hacen en un mes.
JD: ¿Cuánto tiempo llevas trabajando allí?
CS: Tuve una exposición en Nueva York hace unos meses.
Fue una gran exposición, mi primer solo en Estados Unidos. Necesito tiempo entre cada gran exposición porque siempre tenemos también las colectivas y las ferias. Lo habitual es ir sacando pinturas del estudio a lo largo de todo el
año. Por eso suelo pedir al menos un año de tiempo para centrarme en mis pinturas. Hasta que no faltan unos meses hasta la exposición, no sé qué cuadros voy a mostrar.
JD: ¿Y cuentas con libertad para hacerlo? ¿Es un tema en concreto o puedes elegir?
CS: Me dejan hacer. Siendo sincera, ni yo misma sé lo qué voy a mostrar.
JD: ¿Tienes algunas novedades que ofrecer?
CS: Sí; todas están ahora mismo en la galería.
JD: ¿Cuántas obras te piden?
CS: Depende, es un margen amplio. Entre 10 y 15. Por
ejemplo, este doble retrato es parte de la exposición, y falta la segunda pieza. De hecho, aún no la he empezado, pero tendrá el mismo formato.
JD: ¿Tienes el síndrome del lienzo en blanco?
¿Como los escritores, con la página en blanco?
CS: Prefiero no quedarme con el taller vacío. Antes de que salga un lote de pinturas para una exposición, intento tener otras pinturas en curso para seguir trabajando y que
todo sea más fluido. Es algo que hago desde que terminé el colegio, no quiero
quedarme sin nada.
Las pinturas son cortesía de Christine Safa y de la Galerie Lelong & Co
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Autorretrato al temple, libros de Pierro della Francesca y Giotto,
pintores renacentistas que le inspiraron mucho.
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